
A la hora de estudiar el narrador de un texto literario, con frecuencia se hace referencia a la focalización narrativa. La focalización narrativa podría definirse como la relación entre el focalizador, que es el punto de vista que adopta el narrador, el punto de vista desde, el que va a contar su historia a los lectores y lo que ese focalizador ve (el objeto focalizado). Dónde se coloca el narrador para contar la historia y dónde pone el foco definen la focalización narrativa.
En todo relato o novela, el narrador se coloca en una posición (o perspectiva) para contar los hechos de la historia. Y la elección de esta perspectiva narrativa lleva implícita una limitación en la información que maneja el narrador acerca de lo que está contando. Es decir, el narrador puede tener un conocimiento total o un conocimiento limitado de lo sucedido y eso dependerá de la perspectiva escogida, de si el narrador se sitúa fuera o dentro de la historia y de la información que posee acerca de ella.
El punto de vista narrativo (el focalizador) escogido para contar nuestra historia, entre otras cosas, es algo fundamental para lograr interesar al lector, y por eso conviene estar seguro de que es el adecuado. En nuestros talleres de escritura es algo a lo que prestamos mucha atención.
Un ejercicio de escritura interesante que se propone en nuestro curso de novela consiste en reescribir algunos fragmentos utilizando diferentes focalizaciones. De esta manera, de una manera práctica, podemos reflexionar y darnos cuenta si al focalización que hemos escogido, el punto de vista del narrador, es la más adecuada para la historia que queremos contar.
Tipos de focalización narrativa
A continuación, vamos a estudiar con detalle los tipos de focalización narrativa. Básicamente existen tres tipos de focalización narrativa: focalización cero (relato no focalizado o denominado también visión por detrás), focalización interna (visión desde dentro) y focalización externa (visión desde fuera).
En este artículo me centraré en el concepto de focalización establecido por Gérard Genette, si bien haré algunas matizaciones en el caso de la focalización externa. Genette establecía la posición del narrador dependiendo de si este se encontraba dentro o fuera de la diégesis (la historia), lo que hemos tratado en la entrada sobre la posición del narrador según Genette.
Focalización Cero
Es la ausencia de focalización. En este caso no hay restricciones para el focalizador, pues posee toda la información. Conoce los pensamientos de los personajes (puede introducirse en sus mentes) y todos los acontecimientos de la historia. Este tipo de focalización es la que corresponde al narrador conocido como narrador omnisciente. Utiliza la tercera persona narrativa.
Un ejemplo de narrador omnisciente, focalización cero, es el narrador de “El cuento de la isla desconocida”, de José Saramago, puedes leer aquí un fragmento:
Un hombre llamó a la puerta del rey y le dijo:” Dame un barco”.
La casa del rey tenía muchas más puertas, pero aquélla era la de las peticiones. Como el rey se pasaba todo el tiempo sentado ante la puerta de los obsequios (entiéndase, los obsequios que le entregaban a él), cada vez que oía que alguien llamaba a la puerta de las peticiones se hacía el desentendido, y solo cuando el continuo repiquetear de la aldaba de bronce subía a un tono, más que notorio, escandaloso, impidiendo el sosiego de los vecinos (las personas comenzaban a murmurar, Qué rey tenemos, que no atiende), daba orden al primer secretario para que fuera a ver lo que quería el impetrante, que no había manera de que se callara.
Entonces, el primer secretario llamaba al segundo secretario, este llamaba al tercero, que mandaba al primer ayudante, que a su vez mandaba al segundo, y así hasta llegar a la mujer de la limpieza que, no teniendo en quién mandar, entreabría la puerta de las peticiones y preguntaba por el resquicio, Y tú qué quieres. El suplicante decía a lo que venía, o sea, pedía lo que tenía que pedir, después se instalaba en un canto de la puerta, a la espera de que el requerimiento hiciese, de uno en uno, el camino contrario, hasta llegar al rey.
Como has podido comprobra, aquí el narrador es omnisciente está en todas partes, sabe lo que pasa por la mente de los personajes (sabe que el rey se hace el desentendido, por ejemplo) , y tiene toda la información acerca de la historia.
Focalización Interna
Cuando el narrador conoce los hechos a partir de su propia experiencia estamos ante una focalización interna. La historia se cuenta desde el punto de vista de un personaje. La perspectiva se sitúa pues dentro de ese personaje. La historia se cuenta desde su propio punto de vista, desde su visión personal, de ahí lo de focalización interna o narrador interno.
El conocimiento de los narradores con este tipo de focalización es parcial, subjetivo, no es completo. No conoce toda la información de la historia. Y lo que sabe, lo sabe influenciado, evidentemente por su propia experiencia de lo sucedido. Este tipo de focalización se corresponde con el narrador protagonista y el narrador testigo, habitualmente, ambos en primera persona, aunque el narrador denominado “yo escondido”, un narrador personaje que esconde detrás de la segunda persona, también sería un caso de focalización interna.
Un ejemplo de focalización interna puedes verlos en el comienzo de Una novelita lumpen, de Roberto Bolaño.
Ahora soy una madre y también una mujer casada, pero no hace mucho fui una delincuente. Mi hermano y yo nos habíamos quedado huérfanos. Eso de alguna manera lo justificaba todo. No teníamos a nadie. Y todo había sucedido de la noche a la mañana.
Nuestros padres murieron en un accidente automovilístico durante las primeras vacaciones que hicieron solos, en una carretera cercana a Nápoles, creo, o en otra horrible carretera del sur. Nuestro coche era un Fiat amarillo, de segunda mano, pero que parecía nuevo. De él sólo quedó un amasijo de hierros grises. Cuando lo vi, en el desguazadero de la policía donde había otros coches accidentados, le pregunté a mi hermano por el color.
—¿No era amarillo?
Mi hermano dijo que sí, claro que era amarillo, pero eso fue antes. Antes del accidente. Las colisiones deforman el color o deforman nuestra manera de percibir el color. No sé qué quiso decir con eso. Se lo pregunté. Dijo: luz… color… todo. Pensé que el pobre estaba más afectado que yo.
Esa noche dormimos en un hotel y al día siguiente volvimos a Roma en tren, con lo que quedaba de nuestros padres, y acompañados por una asistente social o una educadora o una psicóloga, no lo sé, mi hermano se lo preguntó y yo no oí la respuesta pues iba mirando el paisaje por la ventana.
Focalización Externa
El narrador cuenta la historia desde fuera de ella, es decir, desde una perspectiva exterior: desde fuera del personaje. La determinación de qué es la focalización externa ha tenido cierta controversia entre los teóricos de la literatura.
Todos los críticos coinciden en incluir dentro de la focalización externa al narrador cámara (narrador que solo puede observar los hechos como si se tratara de una cámara de video, pero sin posibilidad de introducirse en la conciencia de ningún personaje). Sin embargo, no está tan claro con qué tipo de focalización se corresponde el narrador equisciente.
Las discrepancias se deben a cómo se interpreta el concepto de focalización. La clasificación de la perspectiva de un narrador varía si nos fijamos en el agente focalizador (externo o interno) o en aquello que focaliza.
Es verdad que un relato con narrador equisciente es un relato que se focaliza de algún modo (hacia los pensamientos del personaje protagonista), pero también es cierto que posee mucha información y se acerca en algunos aspectos a la omnisciencia. Por ello, algunos autores denominan a la perspectiva del narrador equisciente como omnisciencia limitada o omnisciencia selectiva (Friedman).
Otros autores, sin embargo, consideran que la visión del narrador equisciente es más cercana a la de un narrador interno, solo que se sirve de la tercera persona. Esto es indiscutible en el caso del narrador en falsa tercera persona (un narrador protagonista que se oculta detrás de la forma personal de la tercera persona con diversas intenciones narrativas).
Para Mieke, narrador no es lo mismo que focalizador. Aunque el narrador equisciente conoce los pensamientos del protagonista, el focalizador mira desde fuera y su discurso no es el del personaje. Por tanto, se trataría de una focalización externa. En este punto también habría excepciones, pues con frecuencia el narrador equisciente puede reproducir expresiones y pensamientos que se corresponden con los del personaje. Por ejemplo, cuando emplea el estilo directo libre. En este caso Mieke considera que, en el narrador equisciente, con frecuencia se produce una alternancia entre la focalización interna y la externa, existiendo por tanto diversos niveles de focalización. Del mismo modo, un narrador testigo puede, en determinados momentos, contar la historia desde una focalización externa cuando mantenga la objetividad y su mirada se dirija hacia fuera, hacia otro personaje o personajes.
También puede considerarse, en este sentido, como focalización externa la del narrador editor (aquel que publica la historia o encuentra un manuscrito o unos documentos) que, pese a emplear la primera persona, no es un personaje de la historia, sino que se la han contado, la ha leído, etc.
El grado de información que maneja un tipo de narrador con focalización externa es inferior a la del narrador con focalización cero. En líneas generales, los narradores con focalización externa son considerados más objetivos que los de focalización interna.
Son narradores con focalización externa los utilizados en algunos de los relatos de Raymond Carver como “Mecánica Popular” o “El padre”, y en relatos de Ernest Hemingway, sobre todo aquellos que están constituidos principalmente por diálogos, por ejemplo, en el relato titulado “Los asesinos”.
La puerta del restaurante de Henry se abrió y entraron dos hombres que se sentaron al mostrador.
-¿Qué van a pedir? -les preguntó George.
-No sé -dijo uno de ellos-. ¿Tú qué tienes ganas de comer, Al?
-Qué sé yo -respondió Al-, no sé.
Afuera estaba oscureciendo. Las luces de la calle entraban por la ventana. Los dos hombres leían el menú. Desde el otro extremo del mostrador, Nick Adams, quien había estado conversando con George cuando ellos entraron, los observaba.
-Yo voy a pedir costillitas de cerdo con salsa de manzanas y puré de papas -dijo el primero.
-Todavía no está listo.
-¿Entonces para qué carajo lo pones en la carta?
-Esa es la cena -le explicó George-. Puede pedirse a partir de las seis.
George miró el reloj en la pared de atrás del mostrador.
Grado de persistencia de la focalización
Además de la focalización, algunos autores como Rimmon-Kenan, distinguen tres grados de persistencia de la focalización. Estos tres grados de focalización, para Genette, se distinguen solo en la focalización interna, pero Rimmon-Kenan no las considera exclusiva de esta. En la literatura contemporánea el uso de la multiperspectiva narrativa no es exclusivo para los narradores en primera persona.
Los tres grados de focalización son:
1. Focalización fija.
El focalizador, externo o interno, no cambia en todo el relato o novela. Es el mismo narrador siempre.
2. Focalización variable.
Se produce una alternancia entre dos o más focalizadores. La historia es contada por distintos narradores, ya se trate de narradores en primera o en tercera persona. Es lo que conocemos habitualmente como narración múltiple o multiperspectiva.
3. Focalización múltiple.
En este caso la historia no solo se cuenta por medio de varios narradores, como en el caso anterior, sino que los narradores nos cuentan la misma historia. Es lo que se conoce como narración repetitiva. Este tipo de focalización se da, por ejemplo, cuando utilizamos el recurso conocido como efecto Rashomon y que estudiamos en nuestro taller de técnicas narrativas.
Si te gustó esta entrada, te interesará leer también Tipos de narradores de una historia.

Bibliografía:
Álamo Felices, Francisco. “El narrador: tipologías y representación textual”. Epos: Revista de Filología.
Bal, Mieke. Teoría de la Narrativa. Madrid. Ediciones Cátedra.
Friedman, Norman. Form and Meaning in Fiction, Athens, University of Georgia Press
Garrido Domínguez, Antonio. El texto narrativo. Madrid. Editorial Síntesis.
Garrido Gallardo, Miguel Angel. Diccionario Español de Términos Literarios Internacionales.
Genette, Gérard. Figuras III. Barcelona. Editorial Lumen.
Rimmon-Kenan, Shlomith. Narrative Fiction: Contemporary Poetics. Editorial Routledge Chapman Hall.
Vallés Calatrava, José R. Diccionario de teoría de la narrativa. Editorial Alhulia.
Muy bueno, no conocía la focalización, solo el tipo de narrador. Muy interesante. Gracias por compartirlo.
Gracias por la informacion esta bien estructurada y completa me fue de gran ayuda ya que no tenia muy claro la focalización.
Gracias por la información
Soy un extranjero haitiano y esas técnicas me permiten de hacer la diferencia entre ambos y de manera sencilla .
Muchas gracias.
Gracias por la información para mi prueba.
Crack, me dijiste la tarea :v
La información me ayudo mucho
Graxs
Gracias, tuve la máxima nota el la prueba del año en lenguaje, todo bien explicado.
Me parece una información completa y bien realizada, por favor nunca usen el :v ni sean papulinces.
Material de calidad. Gracias por su invaluable apoyo.
Estaría mejor si la focalización interna la pusieran en sus tres formas, variable, fija y multiple
Hola, Paula:
Imagino que te refieres a los “grados de persistencia” de la focalización. En algunos blogs las asocian a la focalización interna, pero, en realidad, no es exclusiva de ella.
Creo que sí sería interesante aclarar ese aspecto, ampliaré el artículo.
Gracias por la sugerencia y por pasarte por aquí.
La verdad creo que se refiere al texto de Gaudreault y Jost cuando habla de tipos de Focalización Interna y las esnumera como tres: Variable, Fija y Múltiple.