
Max Aub fue escritor de novelas, poemas, relatos cortos y microrrelatos, algunos de ellos muy célebres, como “La uña”. Nació en Francia, pero pronto emigró a España (concretamente a Valencia) con sus padres durante la Primera Guerra Mundial. Este fue, sin embargo, tan solo el inicio de muchos exilios. Regresó de nuevo a Francia en 1939, pero tras ser denunciado como comunista lo desterraron a Marsella y más tarde a Argelia. Finalmente se embarcó para Casablanca y de allí embarcó a Veracruz (México) donde permaneció hasta su muerte.
Además de escribir varios libros autobiográficos como, por ejemplo, Manuscrito cuervo (sobre su estancia en el campo de concentración francés de Vernet d’Ariège, tras la guerra civil española) o La gallina ciega (sus memorias), a lo largo de su vida, Max Aub escribía sus experiencias y opiniones, en agendas y cuadernos. La mayor parte permanecieron inéditos hasta su muerte. De todos esos textos, que se inician en febrero 1939 hasta su muerte en 1972, se han realizado varias recopilaciones bajo los títulos Diarios y Nuevos Diarios de Max Aub.
En estos tiempos de confinamiento, no es mala idea aventurarse en la escritura de un diario personal. Aunque solo sea como forma de liberar tensiones y despejar la mente.
A continuación, te dejamos unos breves fragmentos de los Diarios de Max Aub.
Diarios de Max Aub
24 de noviembre
Lo terrible es que desde la pérdida de la guerra no se ha levantado una voz, desde la emigración, no se ha publicado nada contra la dictadura que destroza, desentraña y desangra a España. Sólo se oyen voces de unos vencidos contra los otros. Este Primo no tiene su san Miguel. Quizá la sangre ahogue las voces o, lo más seguro: que no haya un don Miguel entre nosotros.
30 de noviembre
Fábula gallega.
Pasa el Winnipeg cerca de las costas de Galicia. Todos levantan el puño, gritan: «¡Viva la República!». Los ven dos bous. Lo cuentan a su regreso. Cómo la noticia se va deformando y aparecen en cuentos barcos fantasmas, sirenas y duendes… republicanos.
15 de diciembre
Duele lo que no se tiene. Todo son muñones: quieres coger las cosas con la mano que te falta. Siempre faltan manos.
20 de diciembre
Lo bueno de nuestra generación: no ha tenido que escoger ni que pensar que si la acción debe anteceder al convencimiento y viceversa. El movimiento se demuestra andando y el pensamiento lo mismo. Perifacéticos que somos, más que patéticos. No podemos decir, luego: —Me he equivocado.
Tiene uno todas las bases en la mano y lo mismo da que sea uno civil o militar, espada o mosquetón.
Hoy día los primeros diarios de Max Aub están prácticamente descatalogados, aunque es posible encontrarlos en algunas bibliotecas. Si no lo logras, te recomendamos los Nuevos Diarios de Max Aub que han sido publicados por la editorial Renacimiento.
Notas:
FUE: Federación Universitaria Escolar.

Deja una respuesta