Mucho se ha hablado del uso del azar en la escritura literaria. En escritura, es común utilizar el azar como generador de ideas, bien para encontrar un punto de partida para escribir una historia, bien para crear personajes de ficción. Gracias a la utilización del azar, y mediante el uso de técnicas creativas, surgen ideas alejadas de los tópicos, que es uno de los objetivos de un escritor: la búsqueda de ideas nuevas.
Las técnicas basadas en el azar se emplean en muchas disciplinas artísticas, no solo en la escritura literaria, también en la pintura o la arquitectura, de una u otra forma. Por citar algún caso, la entrada al Binocular Building de Frank Gehry surgió un poco por casualidad. Sin embargo, emplear el azar no siempre nos llevará a un resultado exitoso, pues si bien el azar puede, como he dicho, ayudar a despertar ideas, su elección puede tanto despertar el interés por provocar extrañamiento como resultar totalmente arbitraria.
Si llevas un tiempo escribiendo historias y has realizado algún taller de escritura creativa, seguramente hayas oído decir que tenemos que tener cuidado con la intervención del azar en las acciones de los personajes y en la resolución de las escenas de nuestra historia. ¿Qué quiere decir esto? Trataré con más detalle el uso azar en este artículo.
El azar, un aliado para encontrar la inspiración y como desbloqueo
Hay técnicas creativas específicas basadas en el azar que sirven como puntos de partida para generar ideas. Algunas son muy conocidas y con frecuencia utilizadas en los talleres literarios como son el binomio fantástico (que parte de dos palabras escogidas al azar) y el error creativo (que tiene como punto de partida un lapsus o una confusión a la hora de escribir o utilizar una palabra). Puedes conocer estas técnicas en profundidad en el libro Gramática de la Fantasía, de Gianni Rodari.
El azar también suele ser buen aliado cuando estamos atascados en una historia que ya hemos comenzado. En mis talleres presenciales suelo emplear “la caja de emociones”, que ya mencioné en la entrada del blog sobre ejercicios de escritura emocional. Invito a los alumnos a sacar de la caja un par de emociones al azar y que escriban en qué momento su protagonista se ha sentido así.
El uso del azar en ejercicios de escritura y técnicas del tipo lluvia de ideas o brainstorming también es perfectamente válido. Todo lo que sirva para despejarte un poco, levantarte de la silla del ordenador y pensar “fuera de la historia” puede ayudar a desbloquearte y a encontrar la inspiración.
Los conflictos narrativos no se deben resolver por azar
Utilizar el azar como inspiración, como he dicho, es muy interesante, pero una cosa es partir de un hecho que nació por azar y a partir de ahí desarrollar el texto, y otra muy distinta que se resuelvan los conflictos principales de nuestra historia por pura casualidad. Y lo que es peor, que el desenlace no dependa de ninguna de las acciones que ha realizado el protagonista, sino únicamente del azar.
Imagina que un detective durante doscientas páginas hace un trabajo laborioso de investigación, interrogatorios de testigos y sospechosos, multitud de análisis de laboratorio, estudio concienzudo de la autopsia, de las pistas en el escenario del crimen, pero finalmente no logra encontrar al culpable/asesino y se cierra el caso. De pronto, un día, el policía se encuentra en el supermercado de su barrio con un tipo que tiene ese extraño tatuaje o mancha en la frente, o lo que sea, que uno de los testigos clave describió. Lo sigue hasta su casa, observa alguna cosa que llama su atención y las piezas encajan. Crimen resuelto. ¿Cómo te quedas?
¿Qué es lo que sucede? Pues que si el autor hubiese puesto ese encuentro azaroso en la página dos de la novela y no en la doscientos, el crimen se hubiese resuelto mucho antes. Por el contrario, si la resolución depende de las pesquisas del policía, si esas pruebas y análisis son necesarios, hacen falta esas 200 páginas para que pueda resolver el crimen. ¿Ves la diferencia? Esa es la idea.
“Dios no juega a los dados”, reza la célebre frase de Albert Eintein.
En narrativa, puedes jugar con distintas estrategias narrativas, pero no hacer trampas.
No engañes al lector.
Un desenlace azaroso para una historia: un fracaso asegurado
Ya hablaba de esto Aristóteles en su poética: “…el desenlace también debe surgir de la fábula misma, y no depender de un artificio de la escena”.
Este tipo de final poco apreciado en literatura tiene incluso nombre propio: final deus ex machina.
En la literatura contemporánea, la expresión “deus ex machina” se usa también para describir cualquier situación en la que se introduce algo inesperado o inverosímil en la historia, algo que no es consecuencia de la trama, sino que es totalmente azaroso. Un final de este tipo no genera interés en el lector, tal y como sugieres, la sensación es más bien que el autor se ha sacado un conejo de la chistera. Podría ser ese, o cualquier otro final, porque es fruto de la casualidad o, más bien, de camino fácil del autor que no sabe cómo resolver la trama.
Otra cosa es que nosotros busquemos un final que sorprenda. Pero la sorpresa no está reñida con la lógica narrativa. El final deus ex machina es sorpresivo por arbitrario, pero este tipo de sorpresas más que agradar, son engañosas para el lector. Esto lo explico en otro artículo del blog de la escuela: Desenlace Deus ex machina. Os recomiendo su lectura ya que este es un error común en los talleres de escritura creativa.
Conclusiones sobre el uso del azar en la escritura literaria
En resumen, ¿se puede utilizar el azar para escribir un cuento o una novela?
Sí, como punto de partida o para generar ideas.
¿Puede haber cosas azarosas en tu historia o una escena fruto de la casualidad?
Sí, a tu personaje le puede tocar la lotería y encontrarse por casualidad con un amigo en la calle. Pero otra cosa muy distinta es que resuelvas la trama y el desenlace por azar. Eso resulta algo tramposo. No juegues con el lector.
Bibliografía:
En mi caso uso el azar para iniciar una historia y luego la desarrollo a partir de esa acción azarosa. Por ejemplo “levantó la vista y vio un relieve grabado en la roca…”. Es algo al azar que no esperar encontrar en el lugar donde se desarrolla la historia, pero a partir de ahí avanzo.
Gracias por las publicaciones
Un saludo
Claro, como comento en el artículo, el azar puede utilizarse en las historias. A veces en un inicio interesante, como bien apuntas. A partir de ahí, se puede desarrollar una historia. Otra cosa es que los conflictos se resuelvan por azar.
Me alegra que te sirva de ayuda el blog. Anima a continuar. Gracias por pasarte por aquí, Karen.