La escritura de las páginas matutinas es un ejercicio muy recomendado por escritores y profesores de escritura. Sin embargo, estas páginas de escritura, pensadas para realizarse nada más comenzar el día, podemos realizarlas con distinta intención.
En algunos casos, las páginas matutinas se utilizan para crear el hábito diario de escribir algo. Según dicen, se necesitan veintiún días para habituarnos a una cosa (puede que esto os suene de algo si habéis visto el anuncio de un conocido producto lácteo), aunque esto no es del todo cierto. No voy a explicar ahora el origen de este dato, pero estudios más precisos dan como resultado un número variable alrededor de sesenta y seis. Es decir, si repetimos durante sesenta y seis veces una misma tarea, la convertiremos en un hábito. No es extraño que ese dato no sea fijo, pues dependerá, como es lógico, del interés que tengamos por la tarea y de si nos la tomamos o no en serio, claro está.
Independientemente de si se requieren veintiún días o poco más de dos meses, tener el hábito de escribir todos los días, aunque no se trate de un texto narrativo (escribir en un blog o en una web profesional, escribir cartas o emails, etc,) puede ayudarnos a conseguir una prosa más fluida, mejorando nuestro nivel de redacción.
En otros casos, las páginas matutinas pueden ayudarnos a liberar nuestra cháchara mental. Ese murmullo interior que a muchos de nosotros no nos deja en paz. Puede ser que tengamos un problema concreto que nos incordia, y que bombardea constantemente de preocupaciones nuestra cabeza impidiéndonos realizar otro tipo de tareas con la concentración necesaria. Descargarlo en las páginas matutinas puede ser una buena idea.
Puede ocurrir también que, cada vez que nos sentamos a escribir escuchemos esas tan conocidas frases con las que nos torturamos los escritores: No valgo para esto. Tengo miedo de que alguien critique lo que escribo. ¿Por qué se me ocurriría apuntarme a un curso de escritura? ¿Quién me creo que soy para dedicarme a esto? No soy creativo. Mi consejo: ¡mándalas a la m…! Las páginas matutinas pueden ayudarte a liberarte de la presión y de los bloqueos. Escribir acerca de tus miedos es el primer paso para dejarlos atrás. Son una manera de luchar contra el temido bloqueo del escritor o el miedo a la página en blanco, además de un buen ejercicio de escritura creativa.
A continuación podéis leer la propuesta que Julia Cameron hace para las páginas matutinas en su libro El camino del artista:
Lo primero que necesitas para rescatar tu creatividad es saber dónde encontrarla. Te insto a que lo hagas a través de un proceso que aparentemente no conduce a nada y que yo denomino «las páginas matutinas». Escribirás esas páginas cada día durante todas las semanas del curso y según espero mucho tiempo después. Yo llevo con ellas una década. Tengo alumnos que dejarían de respirar antes de abandonarlas. Ginny, guionista y productora, atribuye a las páginas matutinas la inspiración para sus recientes guiones y la visión para planificar sus programas: «Me he vuelto supersticiosa al respecto», confiesa. «Cuando estaba editando mi último programa me levantaba a las cinco de la mañana para poder escribirlas antes de ir a trabajar».
Pero ¿qué son las páginas matutinas? Son simplemente tres páginas manuscritas de estricto flujo de conciencia. Por ejemplo: «Dios mío, ha amanecido de nuevo. No tengo nada que contar, nada que decir. Tengo que lavar las cortinas. ¿Recogí ayer la ropa de la tintorería? Bla, bla, bla…». Podríamos llamarlo, sin mucha pomposidad, desaguar el cerebro, pues ésa es una de sus principales funciones.
Las páginas matutinas no pueden hacerse mal. Estas divagaciones diarias no pretenden ser arte. Ni siquiera escritura en un sentido literario. Quiero dejar esto muy claro para tranquilizar a quienes trabajan con este libro, pero no son escritores. La escritura no es sino una herramienta más. Las páginas están concebidas para que nos familiaricemos simplemente con el acto de mover la mano a través del papel y volcar en él todo aquello que te pasa por la cabeza, sea lo que sea. Incluiremos todo, por nimio, tonto, estúpido o raro que pueda parecer.
Las páginas matutinas no tienen por qué tener un tono brillante, aunque a veces resulte que lo tienen. La mayor parte de las veces no lo tendrán, pero sólo lo vas a saber tú porque a nadie le está permitido leer tus páginas matutinas excepto a ti. Tampoco tú debes volver a leerlas durante las siguientes ocho semanas más o menos. Sólo tienes que escribir tres páginas y guardarlas en un sobre o escribirlas en un cuaderno que no volverás a hojear. Sólo tienes que escribir tres páginas… Y tres páginas más al día siguiente.
Aunque algunas veces resulten coloristas, con frecuencia las páginas matutinas son negativas, fragmentarias, autocompasivas, repetitivas, forzadas, infantiles, malhumoradas, sosas y hasta ridículas. ¡No importa!
Todos aquellos enfados, quejas, miserias que vuelcas al papel por las mañanas son precisamente las cosas que se interponen entre tú y tu creatividad. Las preocupaciones del trabajo, la tintorería, la abolladura del coche, la extrañeza en la mirada de tu amante: todo esto es lo que aturde a nuestro subconsciente y perturba nuestros días. Apúntalo.
Interesante ejercicio
Muy bien explicada la función
Al leer la táctica de relatar todo aquello que inquiete el subconsciente, siento que dejará una sensación de placer y durante la escritura cierto grado de pasión por deshacerse de lo que se va relatando en cada hoja que ejercitara la manera de escribir.
Sí, me gusta el ejercicio y tiene un gran sentido. Yo lo llevo haciendo, aunque no diariamente, en forma de diarios sobre mi vida. Voy a retomarlo a diario. Gracias.
Yo llevo años queriendo escribir pero no me atrevo. Me bloqueo! Voy a hacer este ejercicio y ver si se me destranca la creatividad.
Sí, está muy bueno!!