En esta ocasión no voy a proponerte un ejercicio de escritura creativa propiamente dicho, sino un ejercicio de escritura terapéutica, también conocida como terapia narrativa. Para realizarlo, sin embargo, tendrás que utilizar tanto tu imaginación como algunos recursos literarios que tienen que ver con la escritura creativa, entre ellos la descripción y la metáfora. Este ejercicio consta de varias partes, en una de ellas trabajaremos sobre la realidad y en la otra a partir de la ficción.
En la primera parte del ejercicio tienes que escribir un listado de todas aquellas cosas que, de alguna manera, te coartan, te reprimen o simplemente tienes miedo de hacer: esas cosas que te impiden “ser libre” o que te hacen “sentir que no eres del todo libre”. Puede referirse a una persona, un lugar, una situación concreta o un aspecto de tu vida personal, social o profesional. Después, tendrás que elegir una de ellas, la que consideres más importante o que, en este momento, quieres trabajar para superarla. Sí, solo una cosa para empezar. Venga, escoge una.
Muy bien. Una vez has elegido sobre qué vas a trabajar, vas a imaginar que ese miedo o eso que te cohíbe se materializa en un objeto, un objeto muy concreto: una jaula. Cierra los ojos e imagina esa jaula. Presta atención a los detalles. Cómo es la jaula. Dónde está. Ahora se trata de coger papel y lápiz. Venga, espero. ¡Ay!, esos bolis que se atascan siempre o ese lápiz que nunca encuentras cuando más lo necesitas. ¿No sabes dónde dejaste tu cuaderno de notas? Mira en la mesita de noche. ¿Estamos ya? Bien, se trata de escribir cómo es esa jaula de la forma más detallada posible. Sí, pero no una jaula cualquiera, la que te has imaginado hace un momento cuando has pensado en la sensación de encierro. ¿Es una jaula de barrotes o de paredes macizas? ¿Es de alambre o de madera? Quizá sea de cristal. ¿Grande o pequeña?
A continuación describe dónde está la jaula. ¿En un espacio interior o en el exterior? Tal vez esté en mitad de tu salón, en un desierto, o en mitad de un paisaje nevado o un campo de amapolas. Describe bien cómo es y dónde está la jaula porque ahora viene la segunda parte del ejercicio.
Esta segunda parte es la más narrativa, y yo diría también que la más divertida. Se trata de imaginar de estás dentro de esa jaula para después, escribir la historia de cómo lograste escapar. Sí, porque lo vas a lograr, vas a salir de ella. Ya lo verás. A veces no es fácil, algunas jaulas son muy cómodas. Sí, cómodas, lo he dicho bien. O nos hemos acostumbrado a ellas, y no nos apetece levantarnos para ir en busca de la salida. De otras jaulas, por el contrario no resulta nada fácil escapar. Pero hay que lograrlo como sea. Tienes que salir, encuentra la manera. No dejes de escribir hasta que ya estés fuera.
Cuando hayas terminado el ejercicio, tómate unos minutos para reflexionar. Cómo te sentías cuándo estabas dentro de esa jaula. ¿Y cómo te sientes una vez estás fuera? Mucho mejor ¿verdad? Adivino que después del ejercicio se te ha escapado una sonrisa. ¿No lo has hecho aún? Pruébalo y verás, te lo garantizo. Si no es así, es que no has realizado correctamente el ejercicio. No vale con suponer cómo podrías salir, ni hacer un listado de posibles estrategias para escapar. Tienes que escribir cómo lograste tú salir de esa jaula, de qué forma. Esa jaula que previamente habías imaginado.
Si te apetece puedes compartir tu experiencia y los resultados de este ejercicio terapéutico en los comentarios. ¿Qué emociones has sentido? Muchas gracias.
Si te gustó este ejercicio, tal vez te interese nuestro taller de escritura terapéutica, lo impartimos en versión virtual o presencial en Alicante.
Excelente sugerencia.
Qué fácil imaginar que estoy dentro de una jaula. Qué difícil salir de ella, escapar… Tú ya me entiendes. Me encantó el ejercicio !
Te entiendo, Inma. Gracias por pasarte por aquí.
Interesante sugerencia.Muy buen ejercicio para exteriorizar y limpiar el interior y la conciencia también, que bien que juega sus malas pasadas. Qué otras actividades se pueden poner en práctica. Gracias.
Existen varios tipos de jaulas, pueden ser físicas,mentales o espirituales, más si conservas paz interior puedes salir fácilmente de cualquier jaula y podemos relacionarlo con los problemas diarios que nos llevan a estas jaulas, más debemos usar aquella llave para liberarnos!
Gracias.
Muy bueno el ejercicio, me recordó mucho a los realizados en la formación de terapia gestalt, la mano se soltó y escribí desde que comencé a salir de la propia jaula y me produjo mucha ternura, alegría y satisfacción.
Gracias
Por las sensaciones que dices que te produjo, veo que has realizado correctamente el ejercicio. Ese es el efecto buscado.
Gracias por comentar y pasarte por aquí.
Saludos
Begoña Torregrosa
Me encanto el ejercicio porque escribí cosas que no creí que podían salir de mí. Excelente.