Por nuestra escuela han pasado ya miles de alumnos. Muchos de ellos repìten.
Nadie mejor que nuestros clientes compañeros de viaje para contarte su experiencia en nuestros cursos de escritura y tutoriales.
Esto es lo que dicen de nosotros:
“Después de pasar por el taller de la escuela, me he dado cuenta de que no sabía tanto como creía. Ahora he aprendido no solo las técnicas narrativas que tenía confusas sino que también he adquirido la capacidad para saber cómo mejorar mis textos. No faltaré el próximo curso. Gracias Begoña”.
Manoli Andreu Redondo (Alicante)
Trabajo como administrativa en un despacho de abogados. Aunque me paso el día haciendo números, me encantan las letras. He realizado cursos de escritura en la Universidad de Alicante primero, más tarde en la Escuela de Escritores de Madrid, también en El Libro Durmiente del Centro Imaginalia de Alicante, con el profesor y escritor Luis Leante y, por último, en la Escuela de Escritura Creativa, donde a día de hoy sigo aprendiendo. Después de realizar el taller presencial de relatos, he decidido dar el salto a la novela. Mi proyecto, una novela autobiográfica.
“La escuela, un espacio para la creación. En algún momento del curso surgió la pregunta. ¿para qué escribo? ¡Fue tan espontánea la respuesta! Volver a mí, necesitaba volver a mí. Volver a mí es volver al arte, el arte es mi forma de ser y estar en el mundo, de estar viva. Encontré la escuela, yo ya tenía mi proyecto y esperaba que ella lo completara. Quería escribir sobre mi experiencia como terapeuta y como persona en Costa Rica. Había comenzado con un blog, funcionó un tiempo. Pero quería darle un formato diferente a aquello que andaba rondando mi cabeza. Sabía que me faltaban herramientas y eso era lo que andaba buscando. La propuesta de la escuela me gustó y cubría mis expectativas. Mis primeros pasos por la escuela fueron tímidos y confusos. Como siempre, yo hago, no me preocupa demasiado si está bien o mal. Yo me reconozco en la acción, en la praxis y esa era la propuesta. Escriban, y yo escribía. De aquellos primeros pasos a los últimos dados, siento que crecí montones. Esa sensación de crecimiento, me hace sentir muy bien conmigo misma. Me da ilusión, hablo de mi libro con la gente, es un hecho. Pero esa va siendo una etapa superada. Ya tengo mamarracheado mi primer borrador, y ahora me pregunto internamente, ¿cómo sigo? Begoña ha sido una mentora, sabia y paciente. Nunca me hizo sentir que esto no se lograría, siempre sentí que estaba ahí en mi proyecto, como una parte de él. Es como haber recorrido un largo camino tomada de la mano de ella. Lo hizo posible y ahora hay que soltarle la mano, ¡qué miedo!, hasta dan ganas de pegar gritos. Entonces la pregunta es más larga: ¿cómo sigo sin Begoña y sin la escuela? Mi experiencia me ayuda a responder esa pregunta. Si llegué hasta aquí, puedo ir un poco más allá. Ahora es el momento de dejar que fluya y se acomode todo el conocimiento que he adquirido durante este año de trabajo con la escuela. Tengo mi borrador, todas las devoluciones de Begoña y un montón de saberes que iban llegando ordenadamente cada quince días, los cuales imprimí y encarpeté, para cuando llegara este momento. Volveré a ellos, ahí están en mi escritorio, subrayados y esperando que vuelva a recorrerlos. La voz de Begoña, las clases y mi borrador, esperando en ese rincón de trabajo, para que dé a luz un nuevo borrador. Quizás no el definitivo, pero si el avance hacia el libro que, de alguna manera, voy a publicar. Necesito hacer esa publicación, es un desafío personal y quizás después esto, de lugar a nuevas aventuras literarias que me andan rondando la cabeza. Durante todo este último año, la escuela fue un espacio creativo muy importante para mí. Abrió en mí un mundo que andaba medio empolvado. Mis próximos meses, leer, leer y leer, como me dijo Begoña. Para poder tomar mi borrador, mamarracho y transformarlo todo, descubriendo la historia de Annemarie, una terapeuta argentina, que un día salto de Buenos Aires a Costa Rica, transformando el salto en un largo viaje de quince años. Allí, en ese viaje, ella volvió a encontrarse con ella misma y con muchos de sus sueños. Ana, también se encontró a si misma, en este viaje literario, que hace un año emprendió con la escuela. Ana espera concretar el sueño”.
Ana Heinze (Costa Rica)
Ana es terapeuta por las Artes Expresivas. Miembro de la ADTA (American Dance Therapy Association), socióloga con estudios de Psicología y Artista Plástica. Argentina de origen, actualmente reside y trabaja en Costa Rica, donde realiza talleres a través del “Lenguaje del movimiento”. https://lenguajedelmovimiento.wordpress.com/
“Estaba perdida hasta que Begoña me encontró. Siempre había querido escribir, pero en realidad nunca había aprendido cómo. Lo hacía por intuición, sin estructuras ni planificación. No pensaba en el arco de los personajes, por ejemplo, ni tan siquiera en mi estilo a la hora de escribir. Tenía redactadas unas doscientas páginas de “paja” mal organizada cuando se me ocurrió pedir la corrección literaria de mi novela a la Escuela de Escritura Creativa. El efecto que esta experiencia tuvo en mí fue digno de epifanía. Seguí todos los consejos de Begoña, recorté la mitad de lo que tenía, añadí más, encontré una voz concreta y definida, terminé la novela y… ¡dos editoriales distintas terminaron por ofrecerme la publicación! Ahora por fin mi historia ha visto la luz”.
Maite Abascal (Bilbao)
“Todos los días, aunque no lo creamos, están llenos de logros y una de esas victorias llegó cuando me apunté para hacer el taller de escritura creativa, tanto el nivel de iniciación como el intermedio. A día de hoy no podría sentirme más conforme por haberme decidido a vivir una experiencia que me ha cambiado, y no exagero, porque ahora me siento escritor con mayúsculas. Empecé en 2016 y acabé en 2017, un año en el que cada tema para estudiar me hacía una ilusión tremenda. De todos los temas podría citar uno en concreto, el referente a los diálogos. Ese es uno de los aspectos en los que he podido mejorar, ya que antes fallaba en la puntuación y en las acotaciones. Ahora los diálogos de mis personajes son más fluidos y comprensibles. En general cada práctica ha hecho que mi escritura mejore como nunca. No me podría arrepentir de nada, aunque es cierto que a lo largo del curso hubo algunos momentos duros, llegué con humildad y con ganas de aprender, así que si tuve que tomar alguna decisión complicada, lo hice sabiendo que era para mejor. Si decidí comenzar una novela desde cero no cabe duda de que algo tuvo que ver mi profesora, Begoña, y le doy las gracias por sus consejos. Así pues esa novela, que aún estoy escribiendo, es la primera en la que parto con una buena base. Con este curso pasé de autodidacta a ser algo más cuidadoso con lo que escribía, la creatividad y las ganas ya las tenía, pero sentía que era hora de aprender el oficio del escritor. Así que gracias a esta escuela sé que conseguiré publicar algún día, y quien sabe a dónde llegaremos, aunque pase lo que pase siempre sentiré la misma pasión por la escritura”.
Mikel Martínez Romano (Santander)
Empecé con la escritura con 21 años, cuando decidí escribir mi primera novela como un experimento para demostrarme que era capaz de hacerlo. Desde entonces la escritura y la lectura se han convertido en esenciales para mí. Desde pequeño siempre estuve en contacto con la cultura: leía, estudiaba, aprendía e incluso imaginaba historias, pero tardé un tiempo en descubrir que el oficio del escritor era lo mío. Supongo que el detonante fue mi entrada en la facultad de filosofía y letras de la UC (Universidad de Cantabria). Se dice que un escritor tiene que leer mucho, y en mi caso leo un libro detrás de otro. Si me preguntan que escribo, suelo decir que ciencia ficción, aunque mi escritura también se mueve por la literatura de aventuras, la novela histórica e incluso el género fantástico. Esto además coincide con mis gustos a la hora de elegir una novela. Podría citar algunos de mis autores preferidos y que me inspiraron, como Isaac Asimov, Ken Follet, Dan Brown, Manfredi, Douglas Preston, Pérez Reverte, Julia Navarro… Actualmente escribo una novela, además de escritos y microrelatos, muchos de los cuales se pueden encontrar en mi blog “El escritor de paisajes” donde la escritura, la literatura y la fotografía se juntan para que lo disfrutéis.
“El curso ha sido una experiencia genial. Tenía una novela rondándome por la cabeza desde hacía tiempo, pero no acababa de cuadrar. Con las lecciones del curso, he conseguido planificar la novela y emplear diferentes recursos para poder vestir las ideas que me iban surgiendo. Gracias al curso, mi obra ha empezado a avanzar y tengo mucho más claro qué recursos utilizar en cada momento para dar a la escena el efecto deseado.
Me daba mucho miedo que el curso me obligasen a escribir escenas que no me interesaban o que (como ya me ocurrió con alguno que otro) me obligasen a escribir la misma escena veinte veces expresando emociones distintas. Por todo ello rehuía el apuntarme a la escuela, pero nada que ver, el curso te deja libertad para avanzar la obra como más desees, lo que lo hace muy productivo. Muy recomendable para todos aquellos que tengan ideas en la cabeza que no acaban de cuadrar”.
Carlota Ortega (San Sebastián)
Carlota es Licenciada en Ciencias Ambientales, comenzó sus primeros pasos en el mundo laboral en una consultoría. Después de pasar tres años trabajando en sistemas de calidad ambiental y suelos contaminados decidió dejarlo todo para seguir su sueño: trabajar con animales. En aquellos años aprendió grandes lecciones. Por un lado, conoció a personas que le ayudaron a retomar el camino que había abandonado hacía tiempo y consiguió volver a enraizar con la Madre Tierra (Carlota asume que muchas personas no entiendan esta afirmación, “para los que sí lo entendáis, ¡bien por vosotros, estáis en el buen camino!”).
Al dejar de pasar ocho horas al día delante de un ordenador, su cabeza comenzó a liberarse y empezaron a surgir historias que hacía tiempo que la habían abandonado. Aquel fue el primer contacto con la escritura (o como a ella le gusta llamar: el reencuentro con la contadora de historias que siembre había llevado dentro). A partir de ahí, Carlota decidió sacar a la luz un documento en el que llevaba años trabajando y que acabaría siendo su primera novela: Nubes de Octubre. En estos momento Carlota acaba de sacar al mercado su segunda novela, Navidades en Tierras Altas, y ya está trabajando en Gosby su tercera obra que saldrá con suerte al mercado en el 2017.
“De la mano de Begoña he aprendido a mirar cara a cara mis carencias y bloqueos, a asumirlos y, así, permitir que poco a poco las páginas en blanco se llenaran de personajes, historias y emociones que desde hacía mucho tiempo luchaban por salir agazapadas entre trazos de tinta. Gracias”.
Rosa Taborga (Alicante)
“Encontré navegando por la red una Escuela de Escritura (Creativa), que me sirvió como boya en el océano que suponía querer escribir y no saber cómo hacerlo. De la mano de Herminia y Begoña he conseguido llegar a la arena. Su metodología: una base de conceptos junto con un temario ordenado y ameno, críticas constructivas para detectar tus fallos y apoyo para que dejes volar tu imaginación y comiences a escribir…”
Verónica Ortega Sanz
Verónica es Licenciada en Periodismo y reside en Cuenca.