Café literario: Homenaje a Sam Shepard

Como anunciamos en una entrada de nuestro blog, el pasado 27 de julio falleció el actor, guionista y escritor Sam Shepard a los 73 años.

Como escritor, destacó principalmente por la escritura de relatos, que en España nos llegaron bajo el sello de Anagrama. Crónicas de motel, Luna Halcón, Cruzando el Paraíso y El gran sueño del Paraíso, son algunos de sus libros.

Queremos aprovechar este encuentro para rendirle un pequeño homenaje. Será el lunes 2 de octubre a las 18:00. Este café literario se realiza con motivo del comienzo del curso y antes del inicio de los Clubs de lectura que realizamos en distintas bibliotecas de Alicante, por eso la entrada es gratuita para todos aquellos que han asistido al menos a alguna sesión de los Clubs de lectura moderados por la directora de la escuela de escritura, Begoña Torregrosa. Aunque nos gustaría no tener ningún límite, el aforo es limitado, y para el resto de asistentes la sesión tendrá un coste de 6 €. Todos los asistentes deberán confirmar su asistencia al correo de la escuela. En caso de completarse el aforo, se considerará el orden de inscripción.

En el encuentro literario leeremos, comentaremos, discutiremos y opinaremos sobre los relatos de Sam Shepard mientras tomamos galletas, bollería, infusiones y café.

Podéis leer aquí un adelanto de Crónicas de motel:

Me acuerdo de intentar imitar la sonrisa de Burt Lancaster después de verlo a él y a Gary Cooper en Veracruz. Practiqué durante días en el jardín trasero. Entre las tomateras. Con una sonrisa despectiva. Sonriendo esa sonrisa. Deslizando el labio superior sobre los dientes. Después de unos días de práctica lo probé con las chicas de clase. No parecían darse cuenta. Amplié mi interpretación hasta que empecé a obtener reacciones extrañas de los otros chicos. Me miraban directamente a los dientes y un miedo se colaba en sus ojos. Había olvidado lo fea que era mi dentadura. Cómo uno de mis incisivos estaba muerto y marrón y tapaba el otro diente muerto que tenía al lado. Había llegado a creer que estaba en posesión de una dentadura perfecta y perlada a lo Burt Lancaster. No quería asustar a nadie, así que dejé de sonreír después de eso. Solo lo hacía en privado. Pronto eso también desapareció. Volví a mi cara vacía.

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