
En las redes sociales, veo a menudo publicaciones de madres y padres que quieren fomentar la lectura para sus hijos. Algunos son buenos lectores y quieren sugerencias para ampliar sus lecturas, otros en cambio no leen y se busca motivarles a hacerlo. También leo algunas veces frases del tipo: ¡No hay que obligar a los niños a leer! ¡Que hagan lo que quieran! Por supuesto que no hay que obligarles a leer. Pero una cosa es obligar y otra muy distinta hacerles entender su valor y su interés. La clave, en mi opinión, no es “obligar” a alguien a leer, sino motivarle a hacerlo, ayudarle a descubrir tanto su atractivo como su utilidad. ¿Cómo lograrlo? No hay reglas infalibles, pero trato de dar algunos consejos y recomendaciones lectoras. A esto último, algunos no parecen darle importancia. Aquí os dejamos algunos consejos sobre cómo fomentar la lectura en adolescentes y niños.
Consejos para fomentar la lectura en adolescentes y niños
1. Cualquier género es válido
Cuando hablamos de lectura, no tenemos por qué limitarnos a los cuentos y novelas. Se pueden leer trabalenguas y acertijos a los niños; o recomendar poesía o cómics a los adolescentes. Incluso el teatro puede ser una recomendación de lectura. Tampoco tenemos por qué limitarnos a la ficción. Aumentar los conocimientos con obras de divulgación científica, histórica o ensayos también son opciones a tener en cuenta. Lo importante es cada uno descubra qué es lo que más le atrae y pueda así disfrutar de la lectura.
Lo importante a la hora de escoger los primeros libros es empezar por aquellos que sabemos que les pueden gustar. Pregúntate cuáles son los temas que interesan a tus hijos. Cuando era más pequeño, mi hijo estaba loco con los dinosaurios, como una gran mayoría. Libros didácticos, cuentos, y fichas con preguntas y respuestas sobre curiosidades de los dinosaurios fueron nuestros primeros libros.
Son muy interesantes algunos libros de la Editorial Susaeta como, por ejemplo, El magnífico libro de los dinosaurios.
Si tu hijo aún no sabe leer, también puedes despertarle la curiosidad con libros que son a la vez juegos, como los libros linterna de esa misma editorial en los que no hay letras, pero el niño pasa un buen rato contemplando las ilustraciones y buscando los animales escondidos con ayuda de una linterna de cartón. Por ejemplo, Dinosaurios o Animales del Mar.
Ahora que mi hijo ya lee con cierta soltura nos gusta leer libros sobre Ciencia, sobre el funcionamiento del cuerpo humano, la Naturaleza, y sobre el Cosmos y el Universo tenemos algunos libros muy interesantes que además son muy divertidos. Algunos tienen desplegables (pop-up), fichas, curiosidades y test de preguntas.
Para los más pequeños, aconsejo, por ejemplo, ¡Abracadabra, que tu cuerpo se abra! Puedes encontrarlo aquí, es muy divertido y entretenido, con un montón de pestañas y solapas que descubrir.
2. Mejor que leer a nuestros hijos, es leer con ellos
Si queremos inculcar el hábito por la lectura en nuestros hijos, lo mejor es leer a los niños pequeños en voz alta. En el caso de los adolescentes, podemos leer los mismos libros antes de que ellos lo hagan (o al mismo tiempo), para después preguntar si les ha gustado y comentar la lectura juntos.
Con los peques podemos detenernos también en la portada y las ilustraciones, e incluso después se puede hacer alguna actividad relacionada con lo leído, como dibujar los personajes, pintarlos… También se pueden diseñar marcapáginas. El caso es convertir la actividad en algo común y participativo entre padres e hijos.
Seguramente muchos padres dirán que no les apetece leer lo mismo que sus hijos. Entiendo que los gustos son diferentes. Pero, a falta de tiempo, se pueden leer reseñas o algún resumen que podemos encontrar en numerosos blogs literarios, y las primeras páginas para conocer un poco qué están leyendo nuestros hijos. Muchos padres insisten en conocer dónde y con quién van sus hijos cada tarde, pero no tienen ningún interés en saber qué tipo de lecturas les atraen.
Como dice Luis Landero, “el amor por la lectura no se enseña sino que se contagia”. Es difícil inculcar algo que no se practica. Me llama la atención que muchos padres que insisten en que sus hijos lean nunca lo hacen.
Un libro interesante que puede servir para padres y adolescentes es Los juegos del hambre de Susan Collins. El primer libro de la trilogía es el más interesante. Lo recomendamos en nuestra página de recomendaciones de lecturas.
3. Intentar que la lectura se incorpore a su rutina
Si conseguimos que la rutina sea una actividad diaria, lo incorporará como un hábito más que no será fácil de eliminar cuando en el futuro, de adulto, el tiempo le sea más escaso. Suele ser un buen momento, justo antes de irse a dormir, cuando debemos apagar las pantallas para facilitar el sueño. Las rutinas vienen muy bien a los niños más pequeños, sobre todo a aquellos a los que les cuesta conciliar el sueño.
4. No obligarles a leer
La lectura tiene que ser una actividad de ocio y de disfrute. No hay que forzarlos. Hay que crear una relación positiva con la lectura. Tampoco es bueno ponerlo como castigo ni como premio. Y mucho menos obligarles a leer un libro en concreto, como hacen desafortunadamente en muchos centros escolares. Fomentar la lectura en los adolescentes no es lo mismo que obligarles a leer.
5. No castigarles sin ver la TV o jugar a los videojuegos por no leer
Leer no puede ser una obligación como ya he dicho. Si los niños relacionan la lectura con el castigo, entenderán que no es una actividad divertida y lo relacionarán con una obligación, como los deberes. Se trata de consiguir que se diviertan con la lectura, y eso se logra con la historia o el tema que trata el libro.
6. ¿Leer o no leer clásicos de la literatura?
Parece un eterno debate entre los profesores de primaria o de literatura. Pues depende. Se pueden recomendar, y hay también adaptaciones de los libros clásicos que vienen con ilustraciones y les pueden resultar amenos. Lo malo es que no todas las adaptaciones son buenas, y algunas han necesitado de muchos recortes para poder adecuar la extensión a niños de primaria o de la ESO. Pero no soy partidaria de imponer. Además, por lo general, en las historias clásicas es difícil comprender los argumentos sin tener claro el contexto y la época.
Personalmente creo que es recomendable hablar de ellos, que les suenen, pero leerlos cuando uno es ya un adulto. A mí las historias clásicas, cuando era niña, me producían más bien rechazo. El rol de las mujeres era muy limitado en aquella época y es lógico que tuvieran siempre los mismos papeles. De adulta, puedo entenderlo dentro de la Historia.
7. Visitar alguna biblioteca juntos
Aunque tenemos bastantes libros en casa, y en el colegio, de vez en cuando, también trae alguno, de vez en cuando visito con mi hijo alguna biblioteca. Si tú lees, ellos leen. Puede ser una actividad compartida. Devolvéis los libros del otro, recomendáis libros, los intercambiáis, y los comentáis después.
8. Animarles a inscribirse en un club de lectura
Entender que la lectura puede ser también útil para relacionarse con otras personas y tener debates interesantes seguro que les anima a avanzar en sus lecturas. Otra opción es inscribirse en un taller de escritura, aunque en este último caso es recomendable que ya tengan cierta soltura a la hora de escribir.
9. Plantear actividades conjuntamente con la escuela o el instituto
Que familia y escuela colaboren es lo ideal, aunque lo cierto es que no siempre es posible. Si crees que las lecturas que recomiendan en el instituto no son adecuadas, no te calles y coméntalo con los tutores. Nos quejamos si no aprenden matemáticas, pero no si no les gusta lo que leen.
Espero que este artículo sobre cómo fomentar la lectura en adolescentes y niños te haya servido también para motivar a leer tanto a padres como a hijos.

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